Home

http://yucatan.com.mx/imagen/arte-y-cultura/imagenes-de-la-modernidad-de-vera-granados

Por Alberto Arceo Escalante

Han sido ya varios homenajes y distinciones los que ha recibido Emilio Vera Granados en la última década; la más reciente fue una retrospectiva en el Centro Estatal de Bellas artes apenas el mes pasado.   A 78 años de haber sido becado por el Gral. Lázaro Cárdenas para estudiar en la Escuela de Artes del Libro en la Ciudad de México, -actual Escuela Nacional de Artes Gráficas- hoy en día Emilio Vera ha dejado clara huella en la historia del arte de Yucatán tanto por su labor artística, como por haber formado a varias generaciones de creadores en la Escuela de Bellas Artes donde fundó el taller de  grabado.

Su producción visual transita por los desdobles regionalistas de la llamada Escuela Mexica de Pintura, de la cual probablemente ha sido uno de sus más entusiastas y representativos exponentes, al retornar a Yucatán en 1944. En esa línea, es evidente en su obra, la constante revisión que realizaba al aire libre del paisaje yucateco: planicies, costas, haciendas, vegetación y habitantes.

Durante la semana del Campus de Arquitectura, Hábitat, Arte y Diseño de la Universidad Autónoma de Yucatán  en septiembre tuve la oportunidad de realizar la curaduría de la exhibición “Tránsitos” del artista yucateco Emilio Vera, presentada en el propio campus a través de la Coordinación de Biblioteca. El objetivo de esta fue también visibilizar sus aportes al campo del diseño publicitario y editorial de nuestra región de la segunda mitad del siglo XX, así como de años posteriores. Bajo el  cargo de Emilio Vera estuvo la primera imprenta offset que llegó a Yucatán con la cual creó numerosos anuncios para periódicos locales, afiches para cine, folletos propagandísticos, logotipos y membretes para organizaciones públicas, así como para la iniciativa privada. Cabe señalar que dichas imágenes fueron resultado de un oficio artístico sólido y del cabal dominio técnico de los procesos de impresión de ese momento, y es debido a la circulación masiva de la publicidad  que la contribución del artista a la cultura visual de Yucatán es significativamente más robusta en ese aspecto que en el artístico. Como se observó en la muestra, algunas de estas obras pueden ser leídas a manera de construcciones visuales de la identidad y la imagen de modernidad que efervecía en aquel tiempo en el Estado.

Portada de “Los caminos de México”

Al término del mandato de Miguel Alemán en 1952, concluyó también un sexenio caracterizado por proyectar  una imagen de modernidad y desarrollo para el país. En este periodo, se intentó dar solución a las  necesidades de la población a través de grandes proyectos de infraestructura,  más los resultados no fueron los esperados. La modernidad en México fue un fenómeno agrietado y desigual: mientras se fraguaba la prosperidad para algunos, en otros se enraizaba la escasez.

La portada de septiembre de 1954 de la revista de Comercio de Centroamérica “Los caminos de México”, ilustrada por Emilio Vera Granados,  puede entenderse como una interpretación del espíritu modernizador pujante de esa época. La imagen revela formas idealizadas de la modernidad que devinieron en planes de urbanización y desarrollo carretero. La portada alimenta el clima de prosperidad que prometía el  futuro a través de la representación de  un paisaje rural en el que un  tractor irrumpe frenéticamente convirtiendo el camino agreste en carretera. El tractor en su crispada intrusión aparece como símbolo de la trasformación y el progreso; el resto de los elementos: el hombre montado en burro, la choza de apariencia yucateca y la densa vegetación son representados como un presente caduco a punto de ser desplazado. Llama la atención el violento desprendimiento del árbol, el hombre en burro tomado por asalto y  la impavidez y aspecto extranjero de quien conduce el tractor.  Cada elemento (deforestación, campesinado y empresariado trasnacional)  parece aludir a aspectos fundamentales sociales y económicos de México en los próximos años.

En el caso de Yucatán, la industria de la construcción fue  la dirección más próspera que tomó la diversificación del capital yucateco tras la caída de la vitalidad henequenera de inicios de siglo; por lo tanto significó un de los pocos rubros que dinamizaron la economía de aquel tiempo. Estas imágenes propagandísticas no sólo dan cuenta de ello sino también vendían de manera idílica su efectividad.

La portada es una imagen que muestra una interpretación regional del discurso del cambio en el rumbo del país, es la construcción de una visión particular atravesada por las promesas oficiales, inasibles aún, de la modernidad.

La muestra asimismo aspira a provocar reflexiones en torno a la construcción de la historia del arte de nuestra región, no sólo al dibujar ciertas relaciones de la producción de Emilio Vera con su momento político y social, sino al subrayar indirectamente el potencial del arte como objeto de estudio de nuestra historia y cultura más allá de la contemplación, idea que por obvia que parezca, escasamente se ha desarrollado en nuestro Estado.

Deja un comentario